miércoles, abril 11, 2007

Desafío de los Volcanes 2007



DESAFÍO DE LOS VOLCANES 2007
LA CARRERA DE AVENTURA MÁS DURA DEL MUNDO
Texto: Diego Banfi

A fines del año pasado recibí un premio-invitación que me lo otorgó el Circuito Columbia Challenge debido a mi desempeño deportivo durante el año 2006, que consistía nada más y nada menos que ser el 4° integrante del equipo Columbia que correría en el Desafío de los Volcanes 2007, junto a Keno Benavente, Joel Lizama y María Toro. El objetivo del equipo: ganar.

Largos y tediosos 4 meses de preparación y entrenamiento específico para la competencia, guiada por el preparador físico Francisco Letelier, del Centro Deportivo Iván Zamorano para llegar a punto y en buena forma física a la competencia. Meses en que entrené mucho remo, un poco menos de trekking, muy poca bicicleta, y casi nada de cuerdas de modo de poder ponerme al nivel del equipo en cada disciplina.
En paralelo, la alimentación adecuada, la preparación del equipamiento, lesiones antiguas (tratadas por el kinesiólogo Mauricio Hernández), conocer al equipo, pues nunca habían corrido conmigo, vacaciones entre medio, el trabajo, en fin, una larga lista de cosas que se debían hacer y seguir haciendo, pues la vida seguía igualita…

Días Previos
Mientras la mayoría de los equipos se alistaba en San Martín de Los Andes, donde sería la largada de la competencia, debido a compromisos laborales, sólo llegué a Pucón el viernes 23/03 en la noche donde estaban Joel, María, y parte de nuestro staff de asistentes, Claudio Vargas y Nelson Yañez, quienes ayudarían a Joel y a mi, respectivamente. Comer rico, dormir y partir al día siguiente a la hermosa ciudad de partida, donde con equipos de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Venezuela, Costa Rica, Croacia, Finlandia, Alemania, Ecuador, Francia, Italia, Canadá, México y Guatemala, haríamos el más extraordinario cruce de la Cordillera de Los Andes. Los trámites de rigor, el cruce por la frontera frente al siempre majestuoso Volcán Lanín, un par de horas más de camino, encontrarnos con Keno, y los asistentes, Marcos y Pato, y de cabeza al proceso de acreditación, los chequeos de rigor, el equipamiento, las pruebas de cuerdas, etc. Como siempre, según me contaba el resto del equipo, éramos los últimos en hacer todo y cerrábamos el proceso de acreditación de los equipos. Comenzaba la espera para el minuto de la largada al día siguiente, domingo 25 de marzo a las 14:00 hrs, junto mi señora asistente que junto a Nelson me atendieron a cuerpo de rey durante toda la carrera. En la tarde del sábado, nos reunieron a todos los corredores en el cine de SM, y pude ver desfilar a todos los equipos, tipos famosos, tremendos deportistas, algunos gigantes como el llamado “Pichón de Mamut”, un tipo que cada pantorrilla la debe haber tenido como un muslo, un verdadero animal (y yo que me creía uno, era a lo más uno más del montón). A la salida de la presentación, tuve el agrado de conocer a Mariana Dimarco y a Gustavo Feldman, de los veloces M&G kayaks; vale la pena comentar que el 90% de los botes, remos y equipamiento de kayak eran de esta destacada marca.
Pero antes, faltaba conocer un poco más la idiosincrasia de este equipo nuevo para mi, sus costumbres culinarias, cábalas y teorías… en vez de comer carbohidratos, lo lógico era comer proteínas: carne roja a destajo preparada a la argentina por el suegro del Keno, y la cábala de este: comerse 4 pedazos tremendos, debe haber sido al menos 1,5 kg de carne. En vez de dormirse temprano, la idea era acostarse tarde, pasarlo chancho y disfrutar el asado hasta el último minuto.
El domingo amaneció con un viento de 100 km/hr., que obligó a los organizadores a retrasar la partida en 24 hrs. La consigna del equipo: esperar comiendo carne…

Carrera de velocidad
Ahora si, con una pequeña brisa sobre el Lacar, un poco de dolor de “guata” por la carne de la noche anterior (error) y los nervios propios del desafío a afrontar, estaba todo dispuesto para que los 50 mejores equipos del mundo largáramos en kayak. Las fotos Canon, las últimas sonrisas, las despedidas, un buen ceacheí con los equipos chilenos Outdoors, Jeep Salomon y Zofri, un tremendo beso a mi señora-fotógrafa-asistente, un último rezo encomendándose a los ángeles de la guarda, y a remar Pato Yañez!
La largada, caótica por decir lo menos, con 100 kayaks, las palas pegadas unas a otras, los botes unos montados sobre otros, olas por todos lados, y todos luchando por el primer puesto desde el primer minuto de competencia, remando como si fuera una carrera de una hora de remo, yo con las pulsaciones a 160/min por más de una hora…realmente el ritmo de la competencia era increíble para una carrera que duraría nada menos que 5 días. A los pocos metros se armó una tremenda fila de kayaks, un espectáculo muy re-lindo, como dicen al otro lado.
Con 4 PC’s virtuales en 4 zonas de la ribera sur del lago, llegamos al PC1 en 8° lugar a pocos minutos de los punteros, todos argentinos excelentes remadores (si queremos seguir luchando por ganarles, debemos entrenar mucho más kayak que lo que hacemos en Chile). Tomamos nuestras zapatillas Montrail y en un rapidísimo trekking de 2: 30 hrs volvimos a los kayaks. A esta altura, me imaginaba lo peor, el entrenamiento de 4 meses no había sido para esto! La carrera era una locura en términos de desgaste, todo estaba siendo a concho, casi anaeróbico. Ya de noche en nuestros botes, debíamos volver a SM de los Andes, marcando otros 4 PC’ virtuales, etapa que hicimos en muy buena onda, y que sería la tónica durante el resto de la carrera, junto a nuestros amigos Pato, Tania, Germán y Canuto “Errazuríz”, de Jeep Salomon, llegando luego de casi 12 hrs. de competencia al PC 3 en 5ª posición.
En este punto había asistencia, pero sin descanso, probamos por primera vez a nuestro equipo de asistencia: todo rápido, todo urgente, todo caótico, cambiándose en pleno San Martín, buscando calzoncillos, nos pusimos ropa seca, comimos algo y partí en mi TREK 8900 en una ruta de navegación fácil pero desgastante físicamente por las innumerables cuestas que tenía. Los asistentes lo hacían perfecto y ganábamos minutos en la transición y juntos pasábamos la primera prueba.
El PC4 estaba ubicado en Laguna Verde, que está al pié del espectacular Volcán Achen Niyeu, aquí llegábamos en la 8ª posición luego de una etapa de bicicleta que la hicimos a nuestro ritmo, sabiendo lo que se venía más adelante. Nuevamente, una buena transición para enfrentar un durísimo trekking sobre escoria volcánica, con rapell, y un temido jumar de 70 mts. para llegar de vuelta al PC 5 ubicado en Laguna Verde, donde podríamos descargar horas de descanso (cada equipo tenía un saldo de 15 hrs de descanso las cuales debía descargar completamente en 5 PC Camp). El paisaje “lunar” sobrecogía a todos y ya pudimos empezar a ver como algunos corredores iban cayendo fruto del fuerte ritmo de carrera impuesto hasta el minuto. El poco entrenamiento de cuerdas a todos nos pasó la cuenta, menos a María, quien al más puro estilo “Cirque du Soleil” ascendía rápidamente por la línea.
En el campamento y ya con 24 hrs de carrera intensa en el cuerpo, la decisión era descansar 3 hrs, para aliviar los pies y continuar nuevamente con trekking hacia el Lago Epulafquén y Huechulafquén, para luego seguir en bicicleta hasta cruzar la frontera por el paso Carirriñe y llegar hasta el PC7, ubicado en Quilmio, en las proximidades de Liquiñe. Una excelente navegación de Joel, un buen ritmo de trekking y de pedaleo, ya nos dejaban en la 4ª posición del ranking, detrás de los potentes equipos “Banco Hipotecario Curtlo” (Antibalas), ganador en el 2006 y de 2050 Proof HAY, que estaban haciendo un “carrerón” hasta ese minuto. El paisaje recorrido en el trekking era maravilloso, el borde de los lagos muy verde, vegetación virgen, lagos sin asentamientos humanos. En esta etapa, para mi comenzaron los dolores en ambas rodillas y la aparición de ampollas en los pies, para María las primeras cápsulas de guaraná GNC® tenían un buen efecto, para Keno seguían los mismos dolores en las rodillas con los que había comenzado la competencia, mientras la máquina Joel seguía intacta (un verdadero monstruo). Para Nelson, pasé de ser “Toro”, como me dicen mis mejores amigos, a “Ternero Mamón”, y me decía “…no te preocupes, todo lo que tengas ahora va a estar mucho peor a medida que la carrera avance…” pero a la vez nuestros asistentes nos cuidaban, alimentaban, hacían dormir, preparaban las cosas para la etapa siguiente, etc. Una buena siesta, un buen baño en el río, los famosos tapping en los tobillos, tens en las rodillas, más comida, y todo listo para seguir en los kayaks.
Si bien la distancia entre el puntero y nosotros había aumentado, existía plena confianza en nuestras capacidades y en el convencimiento de que cada día era una nueva carrera. Nosotros seguiríamos a nuestro ritmo.

Más de lo mismo: buenísima navegación
En el equipo siempre todo era buenísimo, “…oye Joel, voy a ponerle scotch al mapa…buenísimo!”, contestaba; “…oye Keno, sigo con un dolor horrible en las rodillas…buenísimo!”, contestaba. Todo era “Buenísimo!”. Desde el PC7, tomaríamos nuestros remos para bajar por el río Cuacuac (Liquiñe), hasta el Lago Neltume, y continuar en coastering (trekking a no más de 100 metros de la ribera) hasta Choshuenco en el Lago Panguipulli. Aquí hicimos algo extraordinario, en vez de seguir la recomendación del Director de Carrera, navegamos por el brazo que aparecía como más angosto en el mapa, más riesgoso pero más corto; con volcamientos incluidos, con porteos de los kayaks, con buen ritmo de remado pudimos pasar descontar valiosas horas, pasar a un equipo sin que nos vieran y continuar remando a concho por las gélidas pero hermosas aguas del Lago Neltume (PC8), correr por el borde costero del lago, cruzar el río Fuy con cuerdas de seguridad, y llegar al Panguipulli en 3ª posición (PC9). Supimos luego, que en este tramo varios equipos rompieron sus kayaks, incluso hubo un equipo que literalmente partió su embarcación en dos, debiendo abandonar la competencia. Hasta ese momento estábamos haciendo una carrera “buenísima”, acercándonos a la punta peligrosamente.

Remo nocturno en Panguipulli
Una corta transición en Choshuenco, donde descargamos sólo 1 hr. de descanso, comimos bien, nos atendieron como siempre nuestros asistentes, la Caty me daba una gran alegría al verla y ver como se entusiasmaba con nuestro desempeño, además de los alimentos especiales que preparaba como Chocman con extra manjar o sándwiches especiales.
Nos preparamos para el cruce del Lago Panguipulli, con más de 40 km de remo, costeando gran parte obligatoriamente para encontrar 4 PC’s virtuales. Una disciplina que para mi, al contrario de lo que podía imaginarme antes de la carrera, terminó siendo mi predilecta en la competencia. Con buenos detalles cubiertos esta vez, poniéndome un foco más potente sobre la cabeza, nos permitió encontrar los PC reflectantes más fácilmente, y sobretodo la energía positiva que traíamos, nos permitió seguir acercándonos a los argentinos de Antibalas y de 2050 Proof HAY, donde en el Lacar ya habían demostrado su destreza sobre los botes.
Pasada la fría medianoche, en el extremo poniente del Lago Panguipulli, en la Playa Coz Coz, arribábamos al PC 10 en el 3° lugar, donde descansamos 3 hrs. y finalizábamos esta disciplina en la carrera.

Ataque furtivo
Con plena conciencia de que teníamos una dura bicicleta y un aún más duro trekking como plato de fondo, bien descansados comenzamos a pedalear confiados en las manos de Joel, quien en una noche lúcida en la cual no erró nunca, luego de un intenso pedaleo de más de 50 km desde Panguipulli hasta Coñaripe, pudimos dar caza y sobrepasar hasta el entonces perdido puntero de la carrera, colocándonos en primer lugar por escasos 5 minutos sobre el 2° y 41 min sobre el 3°. Al final de esta etapa, los punteros estábamos en igualdad de condiciones de descarga de horas (14 de 15 hrs.). Nuestros castigados cuerpos, sólo pedían descanso y en 3 hrs. hicimos todo lo que pudimos para dejarlos con el estanque lleno. La bicicleta había sido dura y sabíamos que la etapa que se venía era la peor de la carrera. Como me decía el Keno, “Bienvenido al Desafío de los Volcanes”…

Cerca del final
Habiendo recorrido cerca ya de 480 km, “sólo” quedaba un trekking estimado en 30 hrs., con cruces de ríos, caminata por la escoria volcánica, tres jumars, puente tibetano, tirolesa, ascenso al Volcán Villarrica incluido, y bajada por el cauce del Correntoso. La tarea no era menor, y sabíamos que la ventaja que teníamos era muy precaria, debido a las heridas en los pies, los dolores en las rodillas del Keno y mías, el sueño que podía atacar a María, y el cansancio acumulado en general de todo el equipo.
Sabiendo todo esto, igual partimos como favoritos, no sólo por la condición de punteros sino que también por el conocimiento que se supone teníamos de la zona (el jardín de la casa del Keno). Con un fuerte ritmo, no tuvimos problemas en encontrar las huellas de un sendero poco transitado hasta llegar, luego de 2 hrs (de 3 estimadas) hasta el camino transvolcánico que rodea al Villarrica por el sur oriente, y en vez de continuar por este (aquí estuvo nuestro único error en la carrera), seguimos por una lengua de un cerro que se cerraba con vegetación constantemente, por lo cual debimos desandar un par de horas y continuar por el camino mencionado. La ventaja de 41 min sobre el 3° se había transformado en desventaja de 1:30 min.
Con el ánimo un poco caído, debimos emprender camino por la escoria rumbo a los glaciares del volcán, ruta que nos costó bastante debido al poco contraste en un camino completamente negro, tal como se venía la noche. Sin embargo, con fuerza y garra dimos en la madrugada del viernes con el PC13, donde descargamos nuestra última hora, y donde pude revisar mis ampollas que me molestaban bastante. Preparamos nuestras mochilas Mountain Hardwear, nos comimos todo lo que nos habían dejado, y con la esperanza de alcanzar a los punteros, seguimos rumbo a la tirolesa, un corto premio a todo el esfuerzo hecho, seguimos por el magnífico y tenebroso, pero a la vez seguro, puente tibetano y continuamos por los difíciles jumars 1, 2 y 3 que estaban preparados, para continuar “a todo calor” sobre la negra y áspera escoria volcánica hasta ascender hasta a los 1.800 m, donde nos pusimos nuestros grampones y sobre la nieve ascendimos hasta los 2.900 m de altura del volcán, para darnos el gusto de aspirar el azufre que emana desde el cráter, y apreciar una vista panorámica realmente preciosa, sin ninguna nube alrededor; el ascenso fue para mi casi un suplicio, ya que aparte del desgaste físico, no nos quedaba comida, la cual se nos había acabado en las cuerdas (“…por favor, no me pidan más, estoy en cero”, les decía al equipo). Quedaban entonces varias horas por delante, que serían con sueño, hambre, cansancio, dolor, pero sobre todo unas tremendas ganas de terminar pronto.
Bien equipados y sin frío gracias a nuestra vestimenta Columbia, desde la cima bajamos el volcán sentados en el surco de un tobogán interminable que nos llevó a toda velocidad hasta el paso obligado Cerro Capilla, donde nos percatamos que habíamos roto nuestros pantalones, y por la cota 1.500 nos dirigimos hacia el Cerro el Cerdúo, donde comenzaba la última etapa del descenso.

Alucinaciones finales
El sueño se apodera del estado consciente y la imaginación se convierte en realidad. Mientras Joel caminaba diciendo “soy electrónico”, María con los ojos absolutamente cerrados caminaba dormida, veía kayaks colgados en los árboles y preguntaba “¿qué estamos haciendo acá?”, Keno hablaba con su madre y veía un tremendo portón de que lo invitaba a entrar, yo veía personas entre medio de la vegetación y al borde del camino me agachaba para recibir la entrega de un paquete y organizaba reuniones de equipo mientras el resto seguía caminando hacia el PC 14; junto a Keno nos reíamos a carcajadas por haber visto al tipo de la serie Kung Fu en auto (según nosotros había cambiado las largas caminatas por tranquilos paseos en auto en el sur junto a su polola). La voz fuerte del Keno llamándonos, nos hacía volver a la realidad de la aletargada, tediosa pero alucinante caminata. Sólo queríamos la meta y nos separaban nada más que 7 Km. de bajada en bicicleta hasta la playa de Pucón, los cuales hicimos felices al saber que la tarea ya estaba casi cumplida y que Jeep Salomon venía detrás de nosotros para completar el podium.
En la historia de los Volcanes nunca había habido un podio con 2 equipos chilenos, lo que habla muy bien de nuestros circuitos y del nivel de nuestros equipos. Solo 13 equipos llegaron a la meta, de los cuales 5 solamente completaron la carrera íntegramente.
Y luego, un gran “asado del podium” con los simpáticos argentinos de 2050 Proof HAY y nuestros amigos de Jeep Salomon, donde llegó Fox Sports para más tarde irnos a la premiación para recibir nuestros merecidos trofeos.
Punto aparte merece la organización de la carrera, pues es muy difícil preparar y dirigir una competencia de este tipo, cometiendo muy pocos errores.

Raza especial
Mi primer “Volcanes” fue magnífico, correr contra los mejores del mundo y sentirme un aporte del equipo, un gran honor; durante la carrera pensé “qué estoy haciendo acá?” o “nunca más vuelvo a correr esto de nuevo”; estuvimos súper cerca de ganar, y a pesar de no haberlo logrado, viendo las estadísticas, los pocos equipos que completaron el recorrido, el abandono de los favoritos, fue una gran alegría completar la misión y personalmente, como comentamos al final con mi amigo Canuto, haber debutado con un podio es algo que pocos pueden contar.
Pero fuera de todo esto, al dejar pasar algunos días, uno se va dando cuenta que pertenece a una raza especial, no es gratis gastar 60.120 kcal en 17 hrs de kayak, 18 hrs de mountain bike, 58 hrs de trekking y 2 hrs de cuerdas y no existe otra alternativa que volver el año siguiente a la carrera más difícil del mundo…y desafiar nuevamente a los Volcanes.

Resultados:
1° 32 2050 Proof HYA, Argentina, 102:15 hrs.
2° Columbia Canon Montrail, Chile, 110:32 hrs
3° Jeep Salomon, Chile, 116:50 hrs.
4° Selva NSK Kailash, Brasil, 127:30 hrs.
5° Terramar, Uruguay, 130:24 hrs.

Agradecimientos:
- Javier Vargas, de Columbia ® y Montrail ®
- Pablo Rottmann, de Canon ®
- TREK ®
- GNC Live Well ®
- Centro Deportivo Iván Zamorano
- Caty Chirgwin, mi señora-asistente
- A Joel, María y Keno, verdaderos monstruos del deporte aventura.
- Nelson Yañez, Claudio Vargas, Pato Mora, Marcos Cubecino y Francisco Castillo de Canon, nuestros asistentes de primer nivel que nos salvaron en cada campamento.
- A la familia Abuamscha Cubecino, quienes nos atendieron como a sus hijos en SM de Los Andes.
- A mi familia y a todos los que a la distancia y a través de la página web nos dieron su valioso apoyo mental, siempre han sido la fuerza en los momentos de debilidad.

3 Comments:

At 12:30 p. m., Anonymous Anónimo said...

WEON LA CAGO TU RELATO!!!!
TE FELICITO!!!!!!!!!!
Muy emocionante..... una lata que no hayan ganado, aunque terminar, por lo que cuentas, fue ganar.
Una vez mas y de verdad, TE FELICITO!!!!!!!!!!

 
At 5:06 p. m., Anonymous Anónimo said...

Buena Diego, a pesar de que no alcanze a leer todo jejeje, se te ve feliz en la foto. saludos guiligan.

 
At 11:30 a. m., Blogger Mauricio DuCheylard said...

Toro,

Admirable, y realmente envidiable, (personalmente envidio los jumar, que me encantan!!) encuentro excelente que hayan llegado segundos, ademas el relato es buenisimo, para los que "cerreamos" muy rico el detalle. Te felicito, el desafio es durisimo. y a tu señora tambien, es un apoyo impensado para la mente que ella este ahi contigo, que te pueda dar un beso de repente y un grito de animo, creo que en ese aspecto tu tienes una ventaja frente al resto, mis felicitaciones a ella tambien.

Mucho animo, falto la direccion de la pagina. Pero pa la otra.

Oye y te apoyo, hagamos el asado de los "15,6" años!!!!!!!!

 

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